Alimentación consciente
¿Has escuchado que somos lo que comemos? Sinceramente, creo que es verdad.
No sólo somos lo que comemos, sino también como comemos. Hay muchas investigaciones y libros que hablan sobre la alimentación consciente o Mindful Eating. La forma en que comemos ha cambiado mucho durante los últimos años.
Alimentación consciente no es una dieta. No son limpiezas radicales, ni eliminar ciertos alimentos y vaciar alacenas. Es un nuevo enfoque a la comida, como la usamos y nos sentimos al respecto.
Este enfoque consiste en dedicar menos tiempo a concentrarnos en nuestro peso y las historias sobre dietas y adoptar una alimentación consciente. De este modo podemos aprender de forma natural a lograr y mantener el peso adecuado para cada uno y también el tipo de dieta que mejor se adapta a nuestras necesidades.
La cultura que rodea las dieta convencionales está causando estrés en torno a la alimentación, generando mucha presión, falsas expectativas y ofreciendo una imagen de la comida como una recompensa o un castigo.
La alimentación consciente nos invita a estar presentes mientras cocinamos o comemos, lo que nos permite disfrutar de nuestra comida sin ningún juicio, culpa o ansiedad. Significa centrarse en el momento presente, reconociendo y aceptando con calma sentimientos, pensamientos y sensaciones corporales en relación con la comida y todo el proceso que implica (el tipo de comida, si comemos solo, cómo come, cómo se siente con respecto a la comida ... ).
Al comer más despacio, permitimos que nuestro cuerpo y mente se comuniquen, ofreciendo la oportunidad de escuchar las señales de nuestro cuerpo. Ser conscientes cuando elegimos alimentos para llenar un vacío emocional versus alimentos nutricionalmente saludables.
La alimentación consciente te ayuda a:
Reducir el estrés.
Permite disfrutar plenamente de una comida y de la experiencia de comer.
Ayuda a construir una buena relación con los alimentos y mejorar hábitos alimentarios.
Ayuda a prevenir comportamientos alimentarios poco saludables, como los atracones.
Entender y cambiar nuestra relación con la comida. Tomar consciencia cuando comemos por razones distintas al hambre.
Tomar decisiones más saludables centrándose en cómo te hace sentir cada tipo de alimento después de comerlo.
Mejorar la digestión comiendo más lento.
Establecer una mayor conexión de dónde proviene la comida, cómo se produce y el viaje que la lleva hasta nuestra mesa.
Escuchar las señales de tu cuerpo.
Comer de manera más saludable es una experiencia de aprendizaje y a medida que aprendemos a comer de manera más saludable y a elegir sabiamente una mayor variedad de alimentos, estamos menos inclinados a atracones de alimentos reconfortantes y más inclinados a disfrutar de alimentos saludables.
La alimentación consciente me inspira a practicar la gratitud. Somos afortunados de tener comida en nuestros platos todos los días.
Cuando hacemos una pausa para considerar que no todo el mundo puede comer todos los días, el trabajo duro que implica como llega la comida a nuestro plato, desde los seres queridos que la prepararon o el tiempo que invertimos en la cocina cocinando con amor para nuestra familia y amigos, los que abastecen los estantes, los que plantaron y cosecharon los ingredientes crudos, los que los apoyaron, es difícil no sentirse agradecido e interconectado.
Creo que la alimentación consciente debería enseñarse en las escuelas a una edad temprana. Si aprendemos a tener una relación sana y positiva con la comida, podremos prevenir trastornos alimentarios y problemas de salud como la obesidad y la diabetes entre otros.
Y recuerda que cada vez que comes es una oportunidad para nutrir tu cuerpo y tu alma.
Ámate lo suficiente para vivir un estilo de vida saludable.
Besos mil xx